top of page

Calabozos, dragones y monjes: lo que los juegos de rol enseñan sobre la IA.

Un pergamino con texto digital y unos dados de juego de rol
Un llamado a la aventura, escrito en bytes.

En 1982 salió una película (malísima) llamada Mazes and Monsters, en donde el jovencísimo Tom Hanks interpreta a un estudiante que juega rol con sus amigos. El personaje termina confundiendo juego y realidad hasta perder la cordura. La cinta fue parte de la paranoia moral de la época hacia los juegos de rol: esos mundos en donde uno crea un personaje con características únicas, asume su rol y, guiado por un director de trama (dungeon master), vive aventuras en universos imaginados, gobernados por reglas propias y un poco de azar.


A pesar de esa mala fama, y de la idea en el imaginario popular de que es un pasatiempo “ñoño” para chavitos sin vida social, los juegos de rol desarrollan una cantidad enorme de habilidades que vale la pena rescatar. Y hoy tenemos una aliada inesperada: la inteligencia artificial, que puede convertirse en una nueva Dungeon Master, capaz de liberar el potencial creativo de las nuevas generaciones.


Lejos de ser un pasaporte a la locura, los juegos de rol son en realidad un laboratorio de habilidades. Al crear un personaje y tomar decisiones en un mundo compartido, los jugadores practican creatividad, pensamiento crítico, resiliencia y trabajo en equipo sin darse cuenta. Lo que hoy llamamos soft skills, esas capacidades tan buscadas en empresas, escuelas y hasta en la vida cotidiana, se desarrollan de forma natural en la mesa de rol.


El joven que improvisa un diálogo para convencer a un guardia, el que se sobrepone a una tirada fallida de dados que lo llevó a perder la batalla, o el que entiende que su grupo solo sobrevive si cooperan, está desarrollando exactamente las mismas habilidades que le servirán mañana en la universidad, en el trabajo o en la vida real. A esto hay que agregarle un elemento igual de importante: la escritura creativa, de enorme valor cuando de dialogar con la inteligencia artificial se trata.


Tengamos en mente lo siguiente: la inteligencia artificial generativa no es autónoma ni entiende los contextos como nosotros lo hacemos, está entrenada para entender secuencias de palabras, interpretarlas según su conocimiento y arrojar respuestas más o menos claras o útiles dependiendo de lo clara o útil que fue la instrucción que le dimos. De ahí la importancia que tiene que sepamos escribir y redactar mensajes claros, en la justa medianía entre concisos, precisos y contextuales. Sin esa habilidad de redacción tenemos perdida más de la mitad de la batalla, porque interactuar con la IA no es ciencia exacta, es un ejercicio de comunicación. Y quien sabe comunicar bien, siempre tendrá ventaja. 


¿No me crees? Imaginemos una escena sencilla, pan de cada día en una sesión de rol:


Una joven llega con su compañero de viaje hasta un puente custodiado por un guardia hosco. El guardia exige un pago para dejarla cruzar, pero ella no tiene monedas: solo guarda una gema heredada de su padre, destinada a manos élficas.


Lo que ocurre a partir de ese momento, a los ojos neófitos es un simple juego, pero en realidad es un ejercicio completo de habilidades. Para salir adelante, la joven debe inventar una historia convincente (creatividad narrativa), evaluar si le conviene decir la verdad, mentir o buscar un camino alterno (pensamiento crítico y toma de decisiones), y adaptarse si el guardia no cede (flexibilidad cognitiva). Si pierde la gema, no significa que perdió la vida real: aprende a tolerar la frustración y seguir adelante (resiliencia).


Si viaja acompañada, cada miembro del grupo aporta algo: uno distrae, otro negocia, otro se infiltra. Esa dinámica enseña que el éxito depende del trabajo en equipo y de la empatía hacia distintos roles y habilidades. Y en el centro de todo está la comunicación: la manera en que describe, argumenta o convence al guardia es lo que abre o cierra caminos.


Más allá de un pasatiempo “ñoño”, el rol es un simulador de vida. Y si trasladamos esta dinámica a una plataforma con inteligencia artificial, el efecto se amplifica: la IA responde en tiempo real, obliga a redactar con claridad y premia la coherencia narrativa. Dicho de otra manera: convierte la aventura en un entrenamiento intensivo de soft skills.


Ahora, me encantaría decir que soy el primero en pensar que la IA puede ser el Dungeon Master de las próximas generaciones, pero ya hay plataformas que pensaron en ello, Janitor AI es una plataforma que permite crear tu propio personaje (o personajes) y rolear con ellos en solitario o en grupo. No es perfecta: es laxa en seguridad y permite interacciones subidas de tono, lo cual no la hace ideal para menores. Pero para jóvenes universitarios o adultos interesados en mejorar su escritura, puede ser un gran hallazgo para experimentar con creatividad e IA.


Si no quieres probar otra plataforma, o si tienes niños en casa y quieres que practiquen estas habilidades de forma divertida, basta con usar cualquier modelo de lenguaje (ChatGPT, Claude, Gemini…). Solo dales instrucciones claras: quién es tu personaje, qué contexto tiene y qué otros personajes aparecerán. En minutos tendrás una historia lista, y la IA convertida en Dungeon Master para que ellos ejerciten imaginación, redacción, comunicación y trabajo en equipo.


Como diría Velvor, mi monje guerrero de rol con el que juego: “La IA no premia al que sabe de máquinas, sino al que sabe usar las palabras como espadas.”



¿Sientes que la IA es complicada o que “no es para ti”? Quedarse fuera por miedo o por creer que hay que ser experto para aprovecharla es el verdadero riesgo.


Por eso armé un curso introductorio a la IA Generativa, pensado para quienes quieren empezar sin “herramientitis”: casos prácticos, herramientas sencillas y ejemplos útiles para la vida diaria. Pierde el miedo, gana confianza y empieza a usar la IA como tu aliado. ¡Sigue el enlace e inscríbete!


IA sin dolor: Aprende a usarla para tu vida
9 de septiembre de 2025, 7:00 p.m. – 11 de septiembre de 2025, 9:00 p.m. GMT-6Curso Online
Registrarse

Recibe en tu buzón el último artículo cuando salga.

Comentarios


bottom of page